Oficina De Diseño De Madrid

Entra a ver el fascinante diseño de Jake Arnold en esta casa de Los Ángeles

by Raúl Vargas
April 04,2022

Como bien se dice, cuando se sabe, se sabe. Mientras visitaba un open house con clientes de muchos años en el histórico barrio de Hancock Park de Los Ángeles, el diseñador Jake Arnold supo que habían dado con una joya. Aunque necesitaba una remodelación, la casa de estilo Tudor con detalles extravagantes le encantó al grupo. Además, era un cambio de ritmo bienvenido en comparación con la residencia de una sola planta que habían tenido previamente los clientes. Sin embargo, a pesar de la primera impresión estelar, había muchas más casas que ver.

Dos horas más tarde, sonó el teléfono de Arnold. Los clientes habían hecho una oferta. "Me quedé como si fuera una broma", recuerda Arnold entre risas.

Para un diseñador, empezar con un pizarrón como este era ideal: la casa tenía una estructura sólida, la distribución estaba en buen estado y no le faltaba carácter. "Las casas que tienen algún tipo de característica original siempre me entusiasman", dice Arnold.

Sin embargo, había mucho que hacer. Los interiores eran oscuros y lúgubres, y los elementos de estilo Tudor parecían demasiado literales, con molduras de corona y paneles exagerados. Arnold eliminó parte de la decoración para que la arquitectura de la casa brillara. En general, la directiva podría describirse como sencilla: simplificar y refinar.

Arnold también trajo muebles que encajaban con la estética de sus clientes. En lugar de optar por antigüedades que encajaran a la perfección con la arquitectura de la casa, se compraron piezas de mediados de siglo y contemporáneas para que los interiores se sintieran actualizados, pero no demasiado formales. También utilizó accesorios de iluminación de Apparatus y Rewire LA para "yuxtaponer los aspectos más tradicionales de la casa".

"Queríamos que fuera en una dirección sofisticada, especialmente en los espacios principales, pero que también tuviera la sensibilidad relajada y californiana donde todo es realmente utilizable", explica Arnold.

Los clientes son relativamente reacios al color y prefieren los blancos y los neutros. En palabras de Arnold: "Pienso en texturas y colores que sean ricos y, al mismo tiempo, muy habitables". Sin la mezcla adecuada, las habitaciones podrían parecer planas y estériles.

En la sala, combinó tapicerías —desde el mohair hasta la piel de borrego y el terciopelo— para aportar dimensión y calidez al espacio, mientras que al mismo tiempo evitó los colores y los estampados brillantes. Las paredes de la mayor parte de la casa están pintadas con Dimity, de Farrow & Ball, un blanco hueso cremoso que incluso puede parecer ligeramente rosado con cierta iluminación. A este color Arnold lo denomina como un tono de "calentamiento automático". En otras partes del interior, el diseñador quitó la moldura negra de la chimenea y encontró una hermosa piedra caliza debajo. Las vigas del techo —que antes eran de madera brillante y oscura— se aclararon. Para dar un toque de lujo, añadió herrajes de latón sin barnizar a las ventanas y puertas. Los pisos oscuros de toda la casa se cambiaron por un roble más natural.

La actualización de la cocina también se vio favorecida por el cambio de color de la pintura. Arnold revistió las paredes (incluso entre las vigas del techo) de un sutil verde, mientras que pintó los clósets, que antes eran blancos, de un tono musgoso ligeramente más oscuro. Las vigas de madera y la isla de mármol realzan aun más la sofisticada paleta.

Uno de los espacios más llamativos de la casa —y la quintaesencia de lo californiano— es el solárium. Con un piso de azulejos y ventanas revestidas con cortinas romanas de Zak & Fox, esta zona llena de palmeras es encantadora. Para evitar que parezca un patio, Arnold añadió acogedoras sillas de piel de oveja, pufs y un aparador del siglo XVIII.

Incluso los diseñadores más meticulosos saben que es imposible planificar todo. El día de la instalación, Arnold trasladó las plantas a la terraza acristalada y probó algo nuevo: colgar, junto a ellas, un cuadro de una palmera que el cliente ya tenía guardado. La obra de arte encajó a la perfección y le añadió profundidad al telón de fondo tropical natural. "Ahí es donde se produce la magia que realmente no se planifica", dice Arnold. "Siempre dejo espacio para eso".

Artículo publicado originalmente por AD USA.

  • Raúl Vargas
  • April 04,2022

Leave a Reply