No ha sido tarea fácil elegir sólo 10 láminas, carteles y posters feministas. La historia está llena de mujeres empoderadas , desde las sufragistas hasta Ruth Bader Ginsburg –la jueza de la corte suprema de Estados Unidos, cuyo fallecimiento en septiembre lloraron miles de ciudadanos estadounidenses–, pero también de mujeres silenciadas –como las científicas que la campaña #NoMoreMatildas quiere rescatar del olvido para ponerlas en la primera fila de la Ciencia, que siempre deberían haber ocupado–. La hora violeta, llegó hace tiempo para quedarse y recordar de dónde venimos (también en forma de arte) es clave para seguir avanzando camino a la igualdad real.
Sirva esta portada de la revista The Missouri Woman , con fecha de 1916, para reivindicar a las valientes que lucharon por el derecho al voto de las mujeres . Se trata de un elegante, sobrio e inspirador cartel, con una gama cromática minimalista que cuenta sólo con tres colores muy simbólicos: blanco, negro y amarillo. La portada se hace eco de la convención celebrada ese mismo año en Saint Louis dónde más de 2.000 sufragistas (como las de la imagen) exhibieron con orgullo sombrillas y cintas amarillas, el color abanderado de la lucha por el voto femenino en Estados Unidos. Durante el acontecimiento, las mujeres que ya habían conseguido el derecho a voto en sus respectivos estados vestían de blanco –que en EEUU simboliza el feminismo, en lugar del violeta– y las que todavía no lo habían logrado, iban de negro, a modo de protesta.
“¿Qué haría yo sin lo absurdo y lo fugaz?”, se preguntaba retóricamente Frida Kahlo . Su figura, sin embargo, no es ni una cosa ni, mucho menos, la otra: la imagen profunda y eterna de la artista mexicana es posiblemente una de las más enmarcadas en las paredes de medio mundo. Para muestra, dos botones de este artículo (la imagen que lo encabeza y la que precede este pie de foto). Con una apasionante biografía, Kahlo fue una pionera, talentosa y empoderada pintora que se abrió camino con su arte en un mundo de hombres . Rompió estereotipos de género con su apariencia masculinizada y reflejó en sus obras temas tabú –tanto en su época cómo aún hoy en día– como la sexualidad, la maternidad, la lactancia y el aborto.
Tres puños en alto de mujeres de distintas razas y etnias, en señal de resistencia, de lucha feminista, de sororidad y poder femenino. En el 2017, después de que Donald Trump entrará en la Casa Blanca tras ganar las elecciones, la diseñadora Deva Pardue –una irlandesa afincada en Nueva York– compartió en las redes esta pancarta que no solo se hizo viral, sino que llenó manifestaciones del 8-M de todo el mundo y se convirtió en una de las ilustraciones del año. Los beneficios del proyecto, For All Womankind , van destinados a una fundación que lucha por el derecho al aborto. A pesar de los tonos pasteles del póster (sólo rotos por el rojo revolucionario del pintauñas) se trata de una imagen potente, conmovedora y que anima a seguir rompiendo techos de cristal.
Una de las definiciones más acertadas del feminismo es de la activista política Angela Davis : “El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”. Histórica luchadora contra la discriminación racial (integrante de los Panteras Negras durante los 60), tanto su imagen como sus inspiradoras frases han protagonizado numerosos cuadros, láminas y pósteres. Profesora emérita de Filosofía en la Universidad de Santa Cruz (California), asegura que “el feminismo es el arma más potente contra el racismo, el fascismo y la opresión económica” e invita a que el movimiento abrace a las mujeres de clase obrera, a las negras, a las pobres e indigentes y a aquellas invisibilizadas que no ocupan las hojas de periódicos, como el del lienzo de esta lámina.
El símbolo de la mujer, negro sobre blanco y con trazo a brocha gorda. A veces lo más simple es lo más revolucionario. Entre el abanico de cuadros con lemas sugerentes, poderosos y directos también destacan otras láminas con mensajes como: GRL PWR , The future present is female (sí, así, tachado, porqué el presente ya es el futuro), Girl boss o Liberté , egalité, sororité . Una amplia variedad por descubrir, elegir y reivindicar en los tabiques del hogar.
Nina Simone compuso e interpretó canciones sobre aquello que conocía: el sufrimiento de las mujeres y en concreto, de las mujeres negras. Lo hizo con empoderadoras letras feministas. “Joven, dotada y negra. Debemos empezar a decir a nuestras jóvenes: hay un mundo esperándote ”, cantaba al piano en Ain't Got No, I Got Life . Con una personalidad arrebatadora, nunca olvidó sus raíces ni se doblegó ante los poderosos. “Mi piel es negra, mis brazos son largos, mi cabello es un ovillo de lana, mi espalda es fuerte; lo suficientemente fuerte para soportar el dolor infligido una y otra vez”, denunciaba en Four women . Este cuadro, con fondo granate y sonrisa cautivadora, es un merecido tributo a la reina del jazz, el blues y el góspel.
“¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?”, decía Mafalda en un alarde de humor fino al que tiene acostumbrados a sus lectores. Siempre es oportuno recordar su figura. Revolucionaria, con conciencia de clase y también feminista . Así es Mafalda, el personaje que odia la sopa, filosofa sobre el mundo, que nació del lápiz de Quino –fallecido en septiembre–, y que ha visto crecer a miles de niñas y niños. “Su vigencia es algo que no puedo entender”, confesaba el dibujante en el 2014. Un clásico que sirve para inspirar a las más pequeñas de la casa y para decorar habitaciones infantiles y no tan infantiles.
Explica la ilustradora Ester Laguna que cuando diseño esta ilustración le costó elegir solo a nueve científicas entre las grandes mujeres que han trabajado para hacer avanzar la Ciencia. Escogió algunas de las más famosas como Marie Curie, Jane Goodall o Valentina Tereshkova (la primera cosmonauta de la historia) y otras que ejemplificaban “algo que se repite con demasiada frecuencia: la falta de reconocimiento y visibilidad, por ser mujeres”. Es el caso de Rosalind Franklin, con una contribución destacada para identificar la estructura del ADN, y Lise Maitner, que tuvo un papel clave en el descubrimiento de la fisión nuclear. La iniciativa No more Matildas tiene como objetivo devolver a las científicas ignoradas el lugar que les corresponde . ¿Por qué no empezar por un reconocimiento en las paredes de casa?
Una lámina cautivadora con la imagen de medio rostro pintado de Ruth Bader Ginsburg , la jueza del Tribunal Supremo de los Estados Unidos , fallecida en septiembre, y que se convirtió en un icono feminista. En la parte izquierda, una de sus célebres frases: “Las mujeres pertenecen a todos los lugares donde se toman las decisiones”. Utilizó los cuellos que lucía sobre su toga para enviar mensajes –a menudo feministas– a través del lenguaje no verbal. Cuando Trump ganó las elecciones no dudó en ponerse el que ella llamaba su 'cuello disidente'. Durante su carrera apoyó el derecho al aborto y el matrimonio homosexual . “Lucha por las cosas que te importan. Pero hazlo de una manera que lleve a otros a unirse a ti”, es otra de sus sabias frases.
Un clásico entre clásicos. Bajo el lema 'Podemos hacerlo’, Rosie (la protagonista del póster) se arremanga la camisa , aprieta el puño y marca bíceps en una señal inequívoca de fuerza. Durante la segunda guerra mundial, las mujeres se convirtieron en mano de obra en miles de fábricas estadounidenses mientras los hombres se marchaban al frente. El cartel, un encargo de la empresa Westinghouse Electric para levantar el ánimo de sus empleadas, cayó en el olvido durante años, hasta que en los 80 se convirtió en todo un símbolo de la lucha feminista .