Corren tiempos en los que la incertidumbre lo abarca todo. Momentos inciertos en los que hemos tomado conciencia del mundo en el que habitamos y en el que nos hemos comenzado a preocupar por aquellas cosas que si podemos controlar. Una de ellas es el cómo vivimos , una pregunta que se hacen cada día más personas que inician una búsqueda hacía una vida más sostenible de la que disfrutar a la vez que cuidamos del medio ambiente.
Este ritmo de vida más consciente conlleva también incorporar una serie de prácticas cotidianas relacionadas con nuestra forma de consumir que pueden sernos de gran ayuda. Pequeños gestos que pueden marcar la diferencia y que, para nosotros, no suponen un sobre esfuerzo puede ser incorporados en nuestro día a día en lugares como el baño o la cocina. A continuación, hemos recogido aquellos hábitos que pueden ayudarnos:
Ahorrar agua
Aunque parezca algo común que deberíamos saber, en ocasiones desperdiciamos más agua de la que pensamos. La cocina o el baño son las estancias donde este gasto se incrementa, a veces sin ni siquiera darse cuenta: fregando platos, limpiando, duchas, baños…
Para evitar este desperdicio existen sistemas que fomentan el reúso del agua. Y no, no hablamos solo de reusar el agua de cocción para otros usos. Comprar un lavavajillas, grifos que controlen la temperatura o cisternas con regulador de agua o sistemas de lavabo y váter integrado, que rehúsan el agua, pueden ser una solución a la hora de reducir este consumo.
El arte de ordenar
Ya lo decía Marie Kondo, la mejor forma para alcanzar el orden absoluto es deshacernos de aquello que no necesitamos. Y sí, esta filosofía es también trasladable a nuestro hogar para conseguir consumir de forma más responsable. Poner orden en los armarios y cajones nos ayudará a liberar espacio y, a su vez, deshacernos de lo superfluo y conservar solo lo esencial . Este orden puede ser también una buena forma de renovar aquellos elementos viejos por otros más duraderos o de mayor calidad.
Sustituir el plástico por vidrio o textil reutilizable, valernos de útiles de almacenaje auxiliares en madera, fibras o elementos duraderos y naturales más sostenibles.
Reciclaje
En coalición con un mayor orden, está la costumbre de reciclar. Asumir esta tarea como un hábito en nuestras vidas, ya que aún surgen muchas dudas en cuanto a cómo hacer uno del cubo de basura. Reducir residuos es un primer paso esencial, pero reciclar de forma correcta es igual de importante.
Para ello se hace imprescindible contar con cubos de basura donde poder diferenciar bien los compartimentos donde desechar los residuos sin que estos se puedan transferir. No solo nos ayudará a ganar espacio en la cocina, sino que además nos ayudará a reciclar mejor y con total discreción.
Compra local y a granel
No solo nos ayudará con un consumo más responsable, sino que será a su vez un consumo más justo. Está comprobado como la compra de productos de proximidad reduce el impacto ecológico : dar prioridad al comercio de cercanía también significa asegurarse de consumir alimentos de mejor calidad con una huella de carbono reducida, valorar el trabajo de los productores más pequeños y contribuir al funcionamiento de esta economía local.
Una transición hacía un consumo más razonado y razonable donde un pequeño gesto tiene un gran impacto en el mundo y que nos ayuda a evitar el despilfarro y el consumo excesivo. Si además para esta compra nos valemos de tarros de vidrio o bolsas reutilizables, estaremos fomentando a ese uso consciente y más sostenible, evitando los envases de plástico.